Prácticamente 1 de cada 5 personas sufrirá una discapacidad o impedimento en algún momento de su vida. En la mayoría de casos, esta discapacidad o impedimento es o será un obstáculo para desempeñar sus rutinas diarias o gozar y acceder plenamente a diversas facetas de sus vidas. La Accesibilidad Universal implica un acercamiento transversal al entorno vital de las personas con discapacidad y hace referencia a la eliminación de los obstáculos existentes de la vida diaria de estas personas. Dichos obstáculos pueden estar relacionados con la comunicación, la vida social, el entorno físico, el acceso a servicios públicos y al empleo y al transporte, entre otros.
Las tecnologías digitales y móviles han contribuido en los últimos años al fomento del Diseño para Todos y la Accesibilidad Universal, que aportan conceptos nuevos e innovadores en forma de servicios y productos. Sin embargo, su potencial no se ha explorado completamente, como demuestra la habitual falta de consideración a la accesibilidad cognitiva durante el diseño y la configuración de los servicios y productos móviles y digitales. Queda mucho camino por recorrer para ayudar y empoderar a las personas con discapacidad para que vivan de forma más independiente y gocen de una vida más plena.
La Organización Mundial de la Salud ha estimado que entre el 15 y el 19% de la población mundial mayor de 15 años sufre una discapacidad moderada o grave, lo que supone que se ven afectadas entre 785 y 975 millones de personas. En total, la discapacidad afecta a un 11% más de mujeres que a hombres y, además de ello, la responsabilidad de cuidar a familiares que sufren discapacidades recae principalmente en las mujeres, lo que demuestra que las consideraciones de género también son importantes cuando se estudian las necesidades de las personas con discapacidades y sus entornos y redes de apoyo.
Las personas con discapacidad se ven más afectadas por la pobreza, en parte debido a las consecuencias de sus dificultades para acceder a servicios educativos y al mercado laboral. El riesgo de pobreza afecta al 32% de la población con discapacidad en España, casi un 5% más que a la población general. Las familias también tienen que pagar por los servicios de apoyo y gastar, de media, entre el 29 y el 37% de sus ingresos en Australia y entre el 20 y el 37% en Irlanda, lo que representa una carga económica adicional para las familias.
Otro estudio sobre empleo elaborado por las Naciones Unidas concluyó que, en los países en vías de desarrollo, cerca del 80-90% de las personas con discapacidad están en paro o fuera del mundo laboral. En los países industrializados, este porcentaje se reduce al 50-70%. En el caso de España, el desempleo afecta al 63% de las personas con discapacidad en edad laboral. Las condiciones de vida, laborales y de apoyo a las personas con discapacidad han empeorado drásticamente en Europa en los últimos años a causa de la reducción de los presupuestos públicos asignados a estos colectivos.
En 2008, el Instituto Nacional de Estadística estimó que el 8,5% de la población española sufría una discapacidad. Esto equivale a 3,8 millones de personas, de las cuales más de 600.000 viven solas en sus casas y 1,39 millones tienen un alto grado de dependencia y no pueden llevar a cabo actividades básicas del día a día sin apoyo.
Este reto tiene por objeto encontrar soluciones realmente disruptivas e innovadoras que permitan empoderar a las personas con discapacidad y tengan un impacto positivo en sus vidas en aspectos que pueden ir desde el acceso a la educación y el mercado laboral, los servicios sanitarios y públicos o el disfrute de servicios innovadores que tengan en cuenta áreas tan diversas como la gestión de las emociones, o el acceso seguro y el uso de tecnologías móviles por parte de los niños con discapacidades. Al reforzar el papel que desempeñan las tecnologías digitales y móviles y apoyar el desarrollo de servicios nuevos e innovadores, pueden superarse los obstáculos para acceder a servicios más personalizados, accesibles desde el punto de vista financiero y que no dependan de la ubicación geográfica.